¿Cómo cambiar fácilmente tu diálogo interior negativo?

2017-07-06
¿Cómo cambiar fácilmente tu diálogo interior negativo?
Casi todo el mundo tiene un diálogo interno negativo de vez en cuando. A veces se convierte en un martilleo constante. Una voz interna insistente nos recuerda nuestros errores, penas o decepciones. Nos tortura con autocríticas feroces que nunca dirigiríamos a nadie más. Nos aterroriza con situaciones futuras amenazantes o catastróficas.
Son frases del tipo: “otra vez fallé”, “soy un desastre”, “estoy fatal”, ”hoy todo sale mal”, “no saldré adelante”, “estoy cansado”, “no puedo. . .”, “no sé. . .”, “la vida es una. . .”, “todo va mal”.
Estos pensamientos son tan habituales y repetitivos que a menudo no somos conscientes de ellos.
Nuestros pensamientos son sugestiones. Por esta razón constituyen una forma terriblemente eficaz de autosugestión, de autohipnosis. El que sean negativos o positivos casi es secundario. Lo que realmente cuenta es que limitan y alteran nuestra percepción de la realidad.
Si no tomamos consciencia de ellos nos convertimos casi en autómatas: personas condicionadas a reacciones y comportamientos que se originan fuera de nosotros y sobre los que no tenemos control.
El origen de esta forma negativa de autohipnosis negativa es aprendida (podemos cambiarla) y puede provenir de frases que hemos oído y que nos han marcado: algo que nos ha dicho una figura de autoridad (especialmente en la infancia), una creencia provocada por una película, un libro, una noticia o la publicidad...
Un pensamiento del tipo “no puedo hacer nada para solucionarlo” repetido constantemente en un tono bajo y lento dentro de nuestra cabeza puede provocar una depresión. “¿Que me pasa?... Me estoy muriendo” sonando rápido y como un chillido puede desencadenar un ataque de pánico.
Estos sentimientos son tan fuertes y perturbadores que a menudo la persona no se da cuenta que son una respuesta a lo que esa voz interior está diciendo.
Lo cierto es que este diálogo interno negativo está aquí y normalmente no tenemos un control consciente sobre él. Simplemente ocurre y la mayoría de las personas no saben como pararlo. De hecho intentar detenerlo lo hace más intrusivo y ruidoso.
Indudablemente esas voces internas también tienen su utilidad son esos avisos que nos recuerdan que tenemos una cita, que “todo el mundo se equivoca” o “vaya, lo conseguí”. Pero nuestro objetivo aquí es controlar y cambiar esa parrafada negativa que nos asalta para sentirnos mejor.
“Tu tarea es la de alterar no abolir”
Milton H. Erickson
Como el genial Erickson sugiere intentar silenciar estas voces o discutir con ellas no funciona. Es más útil introducir cambios en como las escuchamos y donde ponemos nuestra atención. Una estrategia parecida a la de las artes marciales inteligentes. Cuando alguien viene a por nosotros es mejor apartarse a un lado y empujarlo. Si intentamos detenerlo y es más fuerte nos tumbará.
El primer paso es obviamente darnos cuenta de esos pensamientos y aceptarlos. Es un comportamiento tan habitual que raramente les prestamos atención. Como probablemente sabes “lo que negamos persiste si lo aceptamos tenemos la posibilidad de transformarlo”.
Empieza pues por poner atención a lo te que estás diciendo y como lo haces para así poder cambiarlo.
En Hipnosis para todos te invitamos a probar la autohipnosis. Al final de este artículo encontrarás nuestra grabación "Reprogramación hipnótica". También puedes descargarla en nuestra web. Este monólogo interno negativo es un hábito, algo que has aprendido a hacer y repites automáticamente.
Se trata de aceptarlo y cambiarlo imaginando y visualizando un comportamiento alternativo. El que te conviene, el que tú quieres.
Para darle nuevas direcciones a tu subconsciente hablándote a ti mismo de una manera diferente. Reprogramándote con palabras y frases más efectivas, más útiles para sentirte mejor. Este nuevo diálogo interno dibuja una nueva imagen de nosotros mismos, de que queremos y vamos a mejorar. De como nos gustaría ser.
Al hacerlo repetidamente estás literalmente cambiando tu cerebro. Generando nuevas redes neuronales. Para que este nuevo comportamiento se automatice, sea integrado, digerido. Una parte integrante de ti mismo. Hasta que tener un nuevo lenguaje interno sea algo natural, un nuevo hábito. En nuestro canal de YouTube encontrarás versiones masculina y femenina.
Además de poner a trabajar tu subconsciente con la hipnosis te proponemos que tu mente consciente co-labore utilizando algunas de las estrategias que siguen. Combinados crearán la base para un cambio fácil y rápido que puede tener resultados espectaculares para mejorar tu vida.
Empieza como decíamos por aceptar esa voz interior y tomar conciencia de sus características. Escúchala y responde:
¿Dónde oyes esa voz? ¿Es en tu interior? Intenta localizarla con precisión. Intuitivamente ¿Desde dónde la oyes?
¿Es la misma voz que cuando hablas?
¿Es siempre la misma voz o cambia según el lugar o las emociones?
¿Es lenta o rápida?
¿Es reconfortante, inquietante, triste, tiene un tono de reproche?
¿Te está chillando, susurrando, es aguda, grave, fuerte, débil, agónica. . .?
Piensa en la frase “tengo que irme” y escúchale en tu mente a un ritmo normal. Ahora repítela muy rápido. Finalmente repítela otra vez muuuuy despacio como si te durmieras. Has notado como cambia tu respuesta a esa frase con sólo cambiar el ritmo.
Reducir el ritmo con el que nos hablamos a nosotros mismos disminuye la ansiedad. Al hablarnos rápidamente sobre nuestros problemas estamos produciendo una fuerte respuesta emocional: nos estresamos y así no podemos razonar para encontrar soluciones. Echa el freno y pon la primera a tu voz interior y te sentirás mejor.
Sigue cambiando cosas, de nuevo primero presta atención a lo que te estás diciendo y luego ponle acento: chino, mexicano (si no eres de allí), ruso, francés. . . Cuando encuentres uno que cambia tu respuesta emocional de manera útil piensa en cuando y donde la necesitarás otra vez y úsalo imaginariamente en ese nuevo contexto. Entrénate antes de necesitarlo.
También puedes hablarte a ti mismo como si fueras otra persona, quizás alguna que conoces y que sabe estar tranquila o puedes jugar con esto y hablarte como alguien que se altera fácilmente y ver los contrastes.
Se trata de aprender a utilizar estas técnicas para modificar como te sientes al oírte a ti mismo.
También puedes repetirte esas mismas palabras que suenan en tu cabeza en un tono de pregunta, de sorpresa, de broma, de confusión, como si las estuvieras leyendo, como si fueras un niño. . .cuando encuentres alguna que cambia tu respuesta de manera útil haz lo que decíamos. Párate a pensar cuando y donde esa voz se pondrá a parlotear de nuevo en el futuro, imagina que estás en esa situación y escúchala con ese tono, con ese acento.
Puedes hacer muchas más cosas. Cambiar donde suena en tu cabeza, moverla por tu cuerpo o sacarla fuera de ti y alejarla. Reducir el volumen con un mando imaginario, ponerle banda sonora mientras la escuchas.
Puedes cambiar tu foco de atención: “donde ponemos nuestra atención fluye nuestra energía”.
Para un momento de leer y escucha los sonidos que te rodean. ¿Los oías hace un instante? ¿Notas ahora el contacto de tus pies sobre dónde están? Redirigir la atención de esta manera es una manera de reducir la atención que prestas a esa voz interior que te crea problemas. O como propone el mindfulness puedes centrarte en el presente.
Se trata de que focalizando tu atención la voz interior pase a un segundo plano.
Finalmente puedes sencillamente aceptar este diálogo interno negativo dejarlo pasar y repetirte frases como “todo está bien” o nuestra preferida “¿Qué más puedo disfrutar ahora?” Hasta que se conviertan en un mantra (literalmente instrumento del pensamiento) para ti.
Ahora, te recomendamos escuchar nuestra grabación. Te relajarás, calmará tu diálogo interno y aprenderás nuevos comportamientos.
Reprogramación hipnótica
Si quieres recibir nuestros artículos suscríbete a nuestra Newsletter
Si te gusta compártelo con tus amigos y síguenos en Facebook
También puedes visitar y suscribirte a nuestro canal en YouTube
Gracias por tu tiempo e interés.
Son frases del tipo: “otra vez fallé”, “soy un desastre”, “estoy fatal”, ”hoy todo sale mal”, “no saldré adelante”, “estoy cansado”, “no puedo. . .”, “no sé. . .”, “la vida es una. . .”, “todo va mal”.
Estos pensamientos son tan habituales y repetitivos que a menudo no somos conscientes de ellos.
Nuestros pensamientos son sugestiones. Por esta razón constituyen una forma terriblemente eficaz de autosugestión, de autohipnosis. El que sean negativos o positivos casi es secundario. Lo que realmente cuenta es que limitan y alteran nuestra percepción de la realidad.
Si no tomamos consciencia de ellos nos convertimos casi en autómatas: personas condicionadas a reacciones y comportamientos que se originan fuera de nosotros y sobre los que no tenemos control.
El origen de esta forma negativa de autohipnosis negativa es aprendida (podemos cambiarla) y puede provenir de frases que hemos oído y que nos han marcado: algo que nos ha dicho una figura de autoridad (especialmente en la infancia), una creencia provocada por una película, un libro, una noticia o la publicidad...
Un pensamiento del tipo “no puedo hacer nada para solucionarlo” repetido constantemente en un tono bajo y lento dentro de nuestra cabeza puede provocar una depresión. “¿Que me pasa?... Me estoy muriendo” sonando rápido y como un chillido puede desencadenar un ataque de pánico.
Estos sentimientos son tan fuertes y perturbadores que a menudo la persona no se da cuenta que son una respuesta a lo que esa voz interior está diciendo.
Lo cierto es que este diálogo interno negativo está aquí y normalmente no tenemos un control consciente sobre él. Simplemente ocurre y la mayoría de las personas no saben como pararlo. De hecho intentar detenerlo lo hace más intrusivo y ruidoso.
Indudablemente esas voces internas también tienen su utilidad son esos avisos que nos recuerdan que tenemos una cita, que “todo el mundo se equivoca” o “vaya, lo conseguí”. Pero nuestro objetivo aquí es controlar y cambiar esa parrafada negativa que nos asalta para sentirnos mejor.
“Tu tarea es la de alterar no abolir”
Milton H. Erickson
Como el genial Erickson sugiere intentar silenciar estas voces o discutir con ellas no funciona. Es más útil introducir cambios en como las escuchamos y donde ponemos nuestra atención. Una estrategia parecida a la de las artes marciales inteligentes. Cuando alguien viene a por nosotros es mejor apartarse a un lado y empujarlo. Si intentamos detenerlo y es más fuerte nos tumbará.
El primer paso es obviamente darnos cuenta de esos pensamientos y aceptarlos. Es un comportamiento tan habitual que raramente les prestamos atención. Como probablemente sabes “lo que negamos persiste si lo aceptamos tenemos la posibilidad de transformarlo”.
Empieza pues por poner atención a lo te que estás diciendo y como lo haces para así poder cambiarlo.
En Hipnosis para todos te invitamos a probar la autohipnosis. Al final de este artículo encontrarás nuestra grabación "Reprogramación hipnótica". También puedes descargarla en nuestra web. Este monólogo interno negativo es un hábito, algo que has aprendido a hacer y repites automáticamente.
Se trata de aceptarlo y cambiarlo imaginando y visualizando un comportamiento alternativo. El que te conviene, el que tú quieres.
Para darle nuevas direcciones a tu subconsciente hablándote a ti mismo de una manera diferente. Reprogramándote con palabras y frases más efectivas, más útiles para sentirte mejor. Este nuevo diálogo interno dibuja una nueva imagen de nosotros mismos, de que queremos y vamos a mejorar. De como nos gustaría ser.
Al hacerlo repetidamente estás literalmente cambiando tu cerebro. Generando nuevas redes neuronales. Para que este nuevo comportamiento se automatice, sea integrado, digerido. Una parte integrante de ti mismo. Hasta que tener un nuevo lenguaje interno sea algo natural, un nuevo hábito. En nuestro canal de YouTube encontrarás versiones masculina y femenina.
Además de poner a trabajar tu subconsciente con la hipnosis te proponemos que tu mente consciente co-labore utilizando algunas de las estrategias que siguen. Combinados crearán la base para un cambio fácil y rápido que puede tener resultados espectaculares para mejorar tu vida.
Empieza como decíamos por aceptar esa voz interior y tomar conciencia de sus características. Escúchala y responde:
¿Dónde oyes esa voz? ¿Es en tu interior? Intenta localizarla con precisión. Intuitivamente ¿Desde dónde la oyes?
¿Es la misma voz que cuando hablas?
¿Es siempre la misma voz o cambia según el lugar o las emociones?
¿Es lenta o rápida?
¿Es reconfortante, inquietante, triste, tiene un tono de reproche?
¿Te está chillando, susurrando, es aguda, grave, fuerte, débil, agónica. . .?
Piensa en la frase “tengo que irme” y escúchale en tu mente a un ritmo normal. Ahora repítela muy rápido. Finalmente repítela otra vez muuuuy despacio como si te durmieras. Has notado como cambia tu respuesta a esa frase con sólo cambiar el ritmo.
Reducir el ritmo con el que nos hablamos a nosotros mismos disminuye la ansiedad. Al hablarnos rápidamente sobre nuestros problemas estamos produciendo una fuerte respuesta emocional: nos estresamos y así no podemos razonar para encontrar soluciones. Echa el freno y pon la primera a tu voz interior y te sentirás mejor.
Sigue cambiando cosas, de nuevo primero presta atención a lo que te estás diciendo y luego ponle acento: chino, mexicano (si no eres de allí), ruso, francés. . . Cuando encuentres uno que cambia tu respuesta emocional de manera útil piensa en cuando y donde la necesitarás otra vez y úsalo imaginariamente en ese nuevo contexto. Entrénate antes de necesitarlo.
También puedes hablarte a ti mismo como si fueras otra persona, quizás alguna que conoces y que sabe estar tranquila o puedes jugar con esto y hablarte como alguien que se altera fácilmente y ver los contrastes.
Se trata de aprender a utilizar estas técnicas para modificar como te sientes al oírte a ti mismo.
También puedes repetirte esas mismas palabras que suenan en tu cabeza en un tono de pregunta, de sorpresa, de broma, de confusión, como si las estuvieras leyendo, como si fueras un niño. . .cuando encuentres alguna que cambia tu respuesta de manera útil haz lo que decíamos. Párate a pensar cuando y donde esa voz se pondrá a parlotear de nuevo en el futuro, imagina que estás en esa situación y escúchala con ese tono, con ese acento.
Puedes hacer muchas más cosas. Cambiar donde suena en tu cabeza, moverla por tu cuerpo o sacarla fuera de ti y alejarla. Reducir el volumen con un mando imaginario, ponerle banda sonora mientras la escuchas.
Puedes cambiar tu foco de atención: “donde ponemos nuestra atención fluye nuestra energía”.
Para un momento de leer y escucha los sonidos que te rodean. ¿Los oías hace un instante? ¿Notas ahora el contacto de tus pies sobre dónde están? Redirigir la atención de esta manera es una manera de reducir la atención que prestas a esa voz interior que te crea problemas. O como propone el mindfulness puedes centrarte en el presente.
Se trata de que focalizando tu atención la voz interior pase a un segundo plano.
Finalmente puedes sencillamente aceptar este diálogo interno negativo dejarlo pasar y repetirte frases como “todo está bien” o nuestra preferida “¿Qué más puedo disfrutar ahora?” Hasta que se conviertan en un mantra (literalmente instrumento del pensamiento) para ti.
Ahora, te recomendamos escuchar nuestra grabación. Te relajarás, calmará tu diálogo interno y aprenderás nuevos comportamientos.
Reprogramación hipnótica
Si quieres recibir nuestros artículos suscríbete a nuestra Newsletter
Si te gusta compártelo con tus amigos y síguenos en Facebook
También puedes visitar y suscribirte a nuestro canal en YouTube
Gracias por tu tiempo e interés.