¿Cómo cambiar tu mente, tus hábitos y así tu cuerpo?
2017-01-17
¿Cómo cambiar tu mente, tus hábitos y así tu cuerpo?
Tu cuerpo es el resultado de tus hábitos de alimentación y ejercicio, sin olvidar el sueño. Cambia tus hábitos y tu cuerpo cambiará.
Somos lo que hacemos día a día. De modo que la excelencia no es un acto sino un hábito.
Aristóteles
Pero. . . ¿Por qué cambiar nuestra conducta alimentaria es tan difícil? Vamos a analizar las causas y darte algunas estrategias para que puedas conseguirlo.
En realidad todos sabemos lo que nos conviene hacer lo que pasa es que no lo hacemos. Esto genera malestar.
Porque además probablemente otras veces anteriormente (a pesar de que nos lo proponemos muy seriamente y realizamos un gran esfuerzo) al cabo de un tiempo nos encontramos que estamos en el punto de partida. Esto añade frustración al malestar y nos paraliza. Cada vez parece más difícil. Pero ten muy presente que lo que ha fallado no eres tú, es tu plan el que no servía. Es necesario probar algo nuevo.
Probablemente el propósito más popular en estas fechas” es este año adelgazo”, pero. . ¿Por qué cambiar es tan difícil?
Nuestra relación y comportamientos asociados con la comida son casi tan antiguos como nosotros. Quizás más porque muchos los hemos heredado de nuestros padres. Desde nuestra infancia creamos asociaciones entre determinados sentimientos, actividades y situaciones y ciertas comidas y costumbres a la hora de comer.
Cuando comemos ciertas comidas o de una determinada manera en situaciones específicas esta asociación es cada vez más fuerte. Nuestra respuesta es casi automática, lo hacemos sin pensar: se convierte en un hábito.
Es algo que hacemos tan sin darnos cuenta a menudo lo consideramos algo normal. Muchas personas piensan que comen poco, o no se dan cuenta que comen mientras preparan la cena para su familia. Al poner más atención a su comportamiento habit-ual se sorprenden.
Tenemos que darnos cuenta de que estamos haciendo mal, corregirlo y repetir haciendo lo que nos conviene hasta formar nuevos hábitos.
Formamos asociaciones o hábitos en todas las áreas de nuestra vida sin ellos tendríamos que estar pensando constantemente en lo que estamos haciendo, algo agotador. Nuestros hábitos son el resultado de redes neuronales que nosotros establecemos y cada vez que repetimos un determinado comportamiento se hacen más fuertes.
La buena noticia es que pueden ser cambiados con tiempo, paciencia y sobre todo práctica.
Uno de los principales errores es intentarlo a base de fuerza de voluntad. Lamentablemente para la mayoría de las personas prohibirse determinados alimentos simplemente los convierte en más atractivos. Podremos resistir durante un tiempo pero tarde o temprano la fuerza de voluntad se acaba y entonces. . .
Planteárselo de esta manera nos conduce a una mentalidad del todo o nada. Somos humanos un planteamiento así es insostenible a largo plazo. Cuando falle comeremos demasiado, demasiado deprisa y nos sentiremos fatal.
La imaginación es siempre más poderosa que la fuerza de voluntad. Utilízala como te sugerimos más adelante en este artículo para lograr un cambio permanente.
Se trata de crear opciones no reglas: no prohibirse nada sino elegir lo que te conviene.
En lugar de decirte lo que “deberías” hacer diferente plantéate lo que “podrías” hacer diferente. Al hacerlo así te estás dando opciones, más libertad. Esto te da poder para decidir sobre lo que comes y tu salud. Lo que te conviene.
A partir de esto ¿Cómo podemos reprogramar nuestra mente para cambiar estos hábitos que no nos convienen de forma fácil y permanente?
Puedes escuchar en youtube o descargarte en nuestra web nuestra grabación “Reprogramación hipnótica” para generar nuevas conexiones neuronales y así facilitar que puedas adquirir nuevos hábitos . La hipnosis va dirigida al subconsciente, nuestra mente profunda, la parte que se encarga de nuestro comportamiento automático: nuestros hábitos entre otras muchas cosas.
Podemos descomponer un hábito en 3 fases:
1 Lo que le da entrada: por ejemplo llegar a casa
2 La rutina: ir a la nevera y coger algo dulce
3 La recompensa: gratificación por un duro día de trabajo
Para cambiar ese hábito que no te conviene y sustituirlo (la naturaleza, y nosotros somos parte de ella, tiene horror al vacío) por otro mejor para tu cuerpo y tus emociones conserva la recompensa pero cambia la rutina.
¿Qué nueva rutina puedes crear que te permita obtener la misma gratificación? Tal vez sea relajarte, animarte, desconectar. . . ¿quizás tomar una infusión relajante. . . o llamar a un amigo?
Y ¿qué pensamientos necesitas, que has de creer y sobre todo cómo te has de sentir para que esta nueva rutina se convierta en algo permanente? “Yo tengo el control”, “soy poderoso”, “yo he decido cuidarme y hacer lo que me conviene” por ejemplo.
Piensa en un hábito que te perjudica y piensa en cómo cambiará tu cuerpo cuando lo cambies. Y al hacerlo piensa en como cambiarán tu mente y tus sentimientos cuando veas los resultados, tu motivación, la sensación de que tú tienes el control.
Se trata de reprogramarte utilizando la imaginación. Generar nuevas conexiones neuronales utilizando la única manera que tenemos de relacionarnos con la realidad: nuestros sentidos. Aprovechando que nuestra mente no distingue la realidad de algo imaginado.
Las personas dicen que quieren cambiar pero no ven como esto sucede o puede suceder. Puedes empezar a hacer que este cambio se convierta en realidad utilizando la imaginación. Ver es creer.
Empieza pues por cerrar los ojos y respira profundamente. Mírate a ti mismo en el momento preciso en el que antes se producía ese hábito que estás cambiando. Cambia tu rutina. Observa cómo te comportas diferente: de la manera que tú quieres comportarte de la manera que sabes que te conviene. Fíjate bien en lo que haces y en cómo lo haces. Contempla tu aspecto, seguro que estás contento y sonríes. Comprometiéndote con este nuevo hábito y contigo mismo. Haz los colores muy vivos, intensos, brillantes. Admira, mientras te ves a ti mismo, como avanzas con este nuevo hábito: confiado, poderoso, seguro y feliz.
A continuación pon la atención en la faceta auditiva de esta experiencia. Quizás mientras realizas este nuevo comportamiento puedes añadirle una “banda sonora” que te motive, que te haga sentir contento y enérgico. Piensa en que te dirías a ti mismo en ese lenguaje interno tan poderoso que todos utilizamos y del que no somos conscientes: “bravo”, “muy bien, “cada vez es más fácil”. Imagínate escuchando las palabras que te van de maravilla para lograr tu objetivo mientras avanzas e implantas este nuevo hábito con éxito.
Finalmente permítete experimentar las sensaciones. ¿Cómo te sientes al imaginar tu nuevo comportamiento, el que te conviene? Más seguro, con más confianza en ti mismo y tus capacidades. Sintiéndote bien, contento y más ligero. Muévete por esta película utilizando tu herramienta más poderosa la imaginación intensamente y nota lo bien que te sientes, orgulloso de ti mismo. Sabiendo que tú tienes el control. Fíjate bien en cómo te sientes en tu cuerpo y con tu cuerpo al hacerlo así. Más vivo, más alegre, más feliz.
Sea el sentido que sea el que te venga a la cabeza, verte o sentirte u oírte lo que te estás diciendo, comportándote de esta nueva manera más saludable disfruta de la experiencia.
Al hacerlo estás literalmente cambiando la estructura de tu cerebro.
Ten paciencia todos queremos cambiar rápidamente para ver los resultados. Pero cambiar lleva tiempo. Recuerda que esas rutas neuronales que generan tus hábitos llevan mucho tiempo allí. Ahora al practicar este ejercicio estás generando un nuevo sendero es pequeño al principio pero con la práctica crecerá imparable hasta conseguir un nuevo hábito más saludable.
Por lo tanto primero fíjate y detecta cual es el hábito que más te perjudica y concéntrate en él. Repite este ejercicio muchas veces. Recuerda buscamos un cambio a largo plazo, permanente. Cuando ese nuevo comportamiento sea algo casi automático, lo hagas sin tener que pensar. Cuando notes que has tenido éxito, la motivación y la confianza en tu capacidad para seguir haciendo cambios crece. Sigue adelante busca otro hábito que te perjudica y cámbialo. Cada vez es más fácil.
Has de desarrollar un hábito para practicar este ejercicio. El mejor momento es antes de dormir. Utilizar, un poco, la fuerza de voluntad para no necesitar la fuerza de voluntad para conseguir tu objetivo. Piensa en cómo te sentirás al disfrutar de un cuerpo saludable, tonificado, delgado.
Esperamos a sentirnos bien al lograr nuestros objetivos pero imagina como te sentirás con ese cuerpo y en ese cuerpo porque así ya eres esa persona. Porqué está dentro de ti y sobre todo porque si te sientes bien todo es más fácil.
En nuestro curso “Tu cuerpo ideal con programación mental” encontrarás ésta y otras muchas herramientas para ayudarte a lograr tu objetivo. El curso se realiza periódicamente, normalmente en Barcelona, encontrarás información en nuestra sección Actividades. También puedes descargarlo en nuestra web.
¿Cuál de tus hábitos alimentarios es el que más te perjudica? ¿Qué te supondría cambiarlo? Deja tu comentario abajo.
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Somos lo que hacemos día a día. De modo que la excelencia no es un acto sino un hábito.
Aristóteles
Pero. . . ¿Por qué cambiar nuestra conducta alimentaria es tan difícil? Vamos a analizar las causas y darte algunas estrategias para que puedas conseguirlo.
En realidad todos sabemos lo que nos conviene hacer lo que pasa es que no lo hacemos. Esto genera malestar.
Porque además probablemente otras veces anteriormente (a pesar de que nos lo proponemos muy seriamente y realizamos un gran esfuerzo) al cabo de un tiempo nos encontramos que estamos en el punto de partida. Esto añade frustración al malestar y nos paraliza. Cada vez parece más difícil. Pero ten muy presente que lo que ha fallado no eres tú, es tu plan el que no servía. Es necesario probar algo nuevo.
Probablemente el propósito más popular en estas fechas” es este año adelgazo”, pero. . ¿Por qué cambiar es tan difícil?
Nuestra relación y comportamientos asociados con la comida son casi tan antiguos como nosotros. Quizás más porque muchos los hemos heredado de nuestros padres. Desde nuestra infancia creamos asociaciones entre determinados sentimientos, actividades y situaciones y ciertas comidas y costumbres a la hora de comer.
Cuando comemos ciertas comidas o de una determinada manera en situaciones específicas esta asociación es cada vez más fuerte. Nuestra respuesta es casi automática, lo hacemos sin pensar: se convierte en un hábito.
Es algo que hacemos tan sin darnos cuenta a menudo lo consideramos algo normal. Muchas personas piensan que comen poco, o no se dan cuenta que comen mientras preparan la cena para su familia. Al poner más atención a su comportamiento habit-ual se sorprenden.
Tenemos que darnos cuenta de que estamos haciendo mal, corregirlo y repetir haciendo lo que nos conviene hasta formar nuevos hábitos.
Formamos asociaciones o hábitos en todas las áreas de nuestra vida sin ellos tendríamos que estar pensando constantemente en lo que estamos haciendo, algo agotador. Nuestros hábitos son el resultado de redes neuronales que nosotros establecemos y cada vez que repetimos un determinado comportamiento se hacen más fuertes.
La buena noticia es que pueden ser cambiados con tiempo, paciencia y sobre todo práctica.
Uno de los principales errores es intentarlo a base de fuerza de voluntad. Lamentablemente para la mayoría de las personas prohibirse determinados alimentos simplemente los convierte en más atractivos. Podremos resistir durante un tiempo pero tarde o temprano la fuerza de voluntad se acaba y entonces. . .
Planteárselo de esta manera nos conduce a una mentalidad del todo o nada. Somos humanos un planteamiento así es insostenible a largo plazo. Cuando falle comeremos demasiado, demasiado deprisa y nos sentiremos fatal.
La imaginación es siempre más poderosa que la fuerza de voluntad. Utilízala como te sugerimos más adelante en este artículo para lograr un cambio permanente.
Se trata de crear opciones no reglas: no prohibirse nada sino elegir lo que te conviene.
En lugar de decirte lo que “deberías” hacer diferente plantéate lo que “podrías” hacer diferente. Al hacerlo así te estás dando opciones, más libertad. Esto te da poder para decidir sobre lo que comes y tu salud. Lo que te conviene.
A partir de esto ¿Cómo podemos reprogramar nuestra mente para cambiar estos hábitos que no nos convienen de forma fácil y permanente?
Puedes escuchar en youtube o descargarte en nuestra web nuestra grabación “Reprogramación hipnótica” para generar nuevas conexiones neuronales y así facilitar que puedas adquirir nuevos hábitos . La hipnosis va dirigida al subconsciente, nuestra mente profunda, la parte que se encarga de nuestro comportamiento automático: nuestros hábitos entre otras muchas cosas.
Podemos descomponer un hábito en 3 fases:
1 Lo que le da entrada: por ejemplo llegar a casa
2 La rutina: ir a la nevera y coger algo dulce
3 La recompensa: gratificación por un duro día de trabajo
Para cambiar ese hábito que no te conviene y sustituirlo (la naturaleza, y nosotros somos parte de ella, tiene horror al vacío) por otro mejor para tu cuerpo y tus emociones conserva la recompensa pero cambia la rutina.
¿Qué nueva rutina puedes crear que te permita obtener la misma gratificación? Tal vez sea relajarte, animarte, desconectar. . . ¿quizás tomar una infusión relajante. . . o llamar a un amigo?
Y ¿qué pensamientos necesitas, que has de creer y sobre todo cómo te has de sentir para que esta nueva rutina se convierta en algo permanente? “Yo tengo el control”, “soy poderoso”, “yo he decido cuidarme y hacer lo que me conviene” por ejemplo.
Piensa en un hábito que te perjudica y piensa en cómo cambiará tu cuerpo cuando lo cambies. Y al hacerlo piensa en como cambiarán tu mente y tus sentimientos cuando veas los resultados, tu motivación, la sensación de que tú tienes el control.
Se trata de reprogramarte utilizando la imaginación. Generar nuevas conexiones neuronales utilizando la única manera que tenemos de relacionarnos con la realidad: nuestros sentidos. Aprovechando que nuestra mente no distingue la realidad de algo imaginado.
Las personas dicen que quieren cambiar pero no ven como esto sucede o puede suceder. Puedes empezar a hacer que este cambio se convierta en realidad utilizando la imaginación. Ver es creer.
Empieza pues por cerrar los ojos y respira profundamente. Mírate a ti mismo en el momento preciso en el que antes se producía ese hábito que estás cambiando. Cambia tu rutina. Observa cómo te comportas diferente: de la manera que tú quieres comportarte de la manera que sabes que te conviene. Fíjate bien en lo que haces y en cómo lo haces. Contempla tu aspecto, seguro que estás contento y sonríes. Comprometiéndote con este nuevo hábito y contigo mismo. Haz los colores muy vivos, intensos, brillantes. Admira, mientras te ves a ti mismo, como avanzas con este nuevo hábito: confiado, poderoso, seguro y feliz.
A continuación pon la atención en la faceta auditiva de esta experiencia. Quizás mientras realizas este nuevo comportamiento puedes añadirle una “banda sonora” que te motive, que te haga sentir contento y enérgico. Piensa en que te dirías a ti mismo en ese lenguaje interno tan poderoso que todos utilizamos y del que no somos conscientes: “bravo”, “muy bien, “cada vez es más fácil”. Imagínate escuchando las palabras que te van de maravilla para lograr tu objetivo mientras avanzas e implantas este nuevo hábito con éxito.
Finalmente permítete experimentar las sensaciones. ¿Cómo te sientes al imaginar tu nuevo comportamiento, el que te conviene? Más seguro, con más confianza en ti mismo y tus capacidades. Sintiéndote bien, contento y más ligero. Muévete por esta película utilizando tu herramienta más poderosa la imaginación intensamente y nota lo bien que te sientes, orgulloso de ti mismo. Sabiendo que tú tienes el control. Fíjate bien en cómo te sientes en tu cuerpo y con tu cuerpo al hacerlo así. Más vivo, más alegre, más feliz.
Sea el sentido que sea el que te venga a la cabeza, verte o sentirte u oírte lo que te estás diciendo, comportándote de esta nueva manera más saludable disfruta de la experiencia.
Al hacerlo estás literalmente cambiando la estructura de tu cerebro.
Ten paciencia todos queremos cambiar rápidamente para ver los resultados. Pero cambiar lleva tiempo. Recuerda que esas rutas neuronales que generan tus hábitos llevan mucho tiempo allí. Ahora al practicar este ejercicio estás generando un nuevo sendero es pequeño al principio pero con la práctica crecerá imparable hasta conseguir un nuevo hábito más saludable.
Por lo tanto primero fíjate y detecta cual es el hábito que más te perjudica y concéntrate en él. Repite este ejercicio muchas veces. Recuerda buscamos un cambio a largo plazo, permanente. Cuando ese nuevo comportamiento sea algo casi automático, lo hagas sin tener que pensar. Cuando notes que has tenido éxito, la motivación y la confianza en tu capacidad para seguir haciendo cambios crece. Sigue adelante busca otro hábito que te perjudica y cámbialo. Cada vez es más fácil.
Has de desarrollar un hábito para practicar este ejercicio. El mejor momento es antes de dormir. Utilizar, un poco, la fuerza de voluntad para no necesitar la fuerza de voluntad para conseguir tu objetivo. Piensa en cómo te sentirás al disfrutar de un cuerpo saludable, tonificado, delgado.
Esperamos a sentirnos bien al lograr nuestros objetivos pero imagina como te sentirás con ese cuerpo y en ese cuerpo porque así ya eres esa persona. Porqué está dentro de ti y sobre todo porque si te sientes bien todo es más fácil.
En nuestro curso “Tu cuerpo ideal con programación mental” encontrarás ésta y otras muchas herramientas para ayudarte a lograr tu objetivo. El curso se realiza periódicamente, normalmente en Barcelona, encontrarás información en nuestra sección Actividades. También puedes descargarlo en nuestra web.
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