Hambre emocional o fisiológica

Hambre emocional o fisiológica

2015-10-15

Hambre emocional o fisiológica

Muchos de los problemas que tenemos con la comida tienen una base emocional. ¿Por qué al estar aburridos, estresados, cansados o ansiosos comemos? Estamos condicionados desde la infancia para que sea así.
 
La hipnosis es un eficaz y poderoso instrumento para cambiar las asociaciones que tenemos con la comida. Hasta que nuestra relación con los alimentos sea más natural, más saludable.
 
Cuando éramos bebés al llorar quizás porqué tenías frío o te dolía algo, sin tener hambre, inmediatamente te ponían algo en la boca: pezón, biberón o chupete. Empezamos a asociar la comida o tener algo en la boca con algo que nos relaja, distrae o alivia.
 
En la infancia los mensajes con contenido emocional son constantes: COME o te pondrás enfermo = miedo. COME o no crecerás = más miedo. COME hazlo por mamá = chantaje emocional. COME piensa en los niños que no pueden = culpa. COME o te quedarás sin postre = COME así comerás más.
 
Sólo recordar que la tarta con sus velas y canciones es el momento cumbre de cualquier cumpleaños infantil. Luego viene el subidón provocado por el azúcar. Que vivimos en una cultura en la que todo lo celebramos comiendo. Finalmente el poder enorme de la publicidad y su objetivo: asociar productos con emociones.
 
Comemos cuando estamos contentos para celebrarlo y cuando estamos tristes para consolarlos. A menudo comemos para satisfacer una necesidad psicológica no física.
 
Por todo esto no es fácil distinguir entre hambre real y  hambre emocional. Cuando sientes el antojo de algo dulce y crujiente como una galleta, un trozo de queso o chocolate puede ser:
 
A) Que tu estómago te esté recordando que es el momento para reponer energía.       
B) Una señal que estás aburrido o necesitas distraerte con algo.
 
¿Cómo saberlo? Estas señales que indican hambre son parecidas. Es como cuando el oftalmólogo te pregunta qué imagen ves mejor “A” o “B”, parecen iguales.
 
Aquí tienes 4 preguntas para hacerte a ti mismo cuando quieras distinguir entre un impulso emocional y una verdadera necesidad de alimento. Con un poco de práctica te convertirás en  experto en distinguir el significado, que está detrás de estas “ansias” por comer.
 
1 Energía o desahogo
¿Quiero comer para dar energía a mi cuerpo y seguir el día o estoy buscando desahogarme o una sensación de seguridad?
Ponte a prueba: Coloca tu mano en la parte del cuerpo que necesita atención. ¿Va a las tripas que están sonando? ¿O va al cerebro que se siente embotado  y aburrido?
Solución: Ves a la parte del cuerpo donde está tu mano. Si el cerebro está aburrido haz alguna cosa que sea mentalmente estimulante. Si la mano se fue a los hombros hazlos girar, respira profundamente y suelta la tensión. Si está en tu estómago escoge conscientemente una comida que te alimente. Busca una solución real a una necesidad concreta.
 
2 Hambre fisiológica o emocional
¿Cómo para satisfacer un hambre fisiológica (rugir de tripas, poca energía) o me siento frustrado, amargado, agobiado o contento?
Ponte a prueba: Pregúntate ¿Cuánto hace y qué he comido? ¿Es suficiente? Si la respuesta es si plantéate ¿En qué estoy pensando? ¿Cómo me siento?
Solución: Come una mandarina. Son excelentes para calmar el hambre emocional, son fáciles de pelar y los gajos permiten comer de manera lenta y consciente. El sabor dulce satisface y el aroma de cítrico es relajante. Además una mandarina te da una dosis de vitamina C lo que necesitas al estar estresado o emotivo. Busca una manera de satisfacer tu necesidad emocional: sal a dar un paseo, llama a un amigo, respira profundamente y relájate o escribe en un papel lo que sientes en ese momento.
 
3 Nutritivo o sabroso
¿Escojo comidas nutritivas o dulces, saladas y grasas?
Ponte a prueba: Una persona que realmente tiene hambre comerá una amplia variedad de alimentos con que saciar su estómago. Alguien que siente un ansia de tipo emocional normalmente desea sólo un tipo de alimento o sabor. No sólo chocolate o helado. Si solamente algo salado y apetitoso sirve muy probablemente se trata de un impulso que en realidad busca confort o distracción.
Solución: Es importante que tengas en un lugar visible y muy a mano comidas que sean saludables y apetitosas. Frutas, nueces o yogurt. También el chocolate negro sirve.
 
4 Para siempre o momentáneo
¿Estoy estableciendo una relación saludable con la comida o ansiedad, culpa o miedo?
Ponte a prueba: Antes de empezar a comer plantéate como te sentirás un minuto después de acabar de comer. Si te viene a la mente una emoción negativa haz una pausa. Demasiado a menudo esperamos a después de comer para analizar el impacto emocional que nos produce lo que comemos.
Solución: Come poniendo más atención. Ser consciente de lo que comes puede ayudarte a establecer una relación más saludable con la comida. Siéntate para comer, mastica lentamente, disfruta de todos los sentidos: vista, olfato, oído, tacto no simplemente el sabor y finalmente sonríe (come lentamente haciendo una pausa entre cada mordisco)
 
En el curso Tu cuerpo ideal con programación mental aprenderás muchas más herramientas para detectar el hambre emocional y estrategias para superarla. Como gestionar tus emociones sin recurrir a la comida. Porque comernos nuestras emociones no sirve.
 
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