¿Qué es la autohipnosis y porqué es tan efectiva?

2017-03-08
¿Qué es la autohipnosis y porqué es tan efectiva?
Esta serie de artículos te permitirán empezar a aplicar la autohipnosis a ti mismo de manera efectiva. Adaptándola a tus características, objetivos y necesidades. Para asegurarte que los recibes suscríbete a nuestra newsletter.
El estado hipnótico es un estado natural que todos hemos experimentado y experimentamos constantemente.
Al estar concentrados leyendo una novela o viendo una película dejándonos llevar y olvidando donde estamos, estamos ya en un estado hipnótico. También ocurre al conducir por una autopista y perder la noción del tiempo sin recordar lo que hemos hecho o por donde hemos pasado. De alguna manera se activa nuestro piloto automático, el subconsciente y se encarga del trabajo.
Lo que varía es la intensidad de ese estado.
Existen tantos estados hipnóticos como personas y momentos, pero es posible establecer una serie de características generales: es un estado en que nuestra atención está más focalizada y concentrada. Se produce una intensa relajación, física, mental y emocional. La intensidad de esta relajación varía de una experiencia a otra.
Puedes empezar a experimentar con ella escuchando “Tu refugio interior” en la grabación o el link que aparecen al final de este artículo, es un clásico de la autohipnosis. Hay versión masculina y femenina en nuestro canal de youtube.
Con la práctica eres capaz de relajarte y autohipnotizarte al cabo de unos segundos. Puedes ser consciente de los ruidos y actividad a tu alrededor, pero no perturban tu estado relajado y tranquilo. Puedes pensar, pero normalmente te dejas llevar por una agradable sensación de seguridad y satisfacción, no es necesario perder en ningún momento la consciencia.
Es como si soñaras despierto.
De hecho muchas personas al salir de un trance hipnótico no creen haber sido hipnotizadas, dicen que han experimentado una experiencia muy agradable, pero que esperaban algo muy diferente. Puedes permanecer en todo momento consciente de donde estás y lo que estás haciendo pero en general te sientes tan relajado y cómodo que no piensas en ello.
Es posible volver a tu estado habitual en cualquier momento, si suena el teléfono puedes contestar y luego volver al estado de autohipnosis. Es imposible quedar hipnotizado, puede ser que si estás cansado o te relajas demasiado acabes durmiendo despertando después. Pero lo más normal es que cuando tú hayas decidido volver a tu estado habitual lo hagas, exactamente en el momento en que hayas especificado verbalmente o fijando un tiempo concreto.
Durante ese período que pueden ser diez, veinte minutos, o más tu cuerpo y tu mente se revitalizan. Al acabar estarás fresco y relajado físicamente y sereno emocionalmente. Habrás renovado tu energía y te será más fácil manejar las frustraciones y sinsabores de la vida cotidiana.
Una razón por la cual algunas personas tienen dificultades con la autohipnosis es porque no saben cuando han estado hipnotizadas. Probablemente es porque esperan algo muy diferente, creen que no lo han logrado y no es así. Lo que suele ocurrir es que tienen una falsa imagen.
Hay diferentes niveles o profundidades de trance hipnótico, el trance ligero que es el descrito anteriormente. El trance medio, necesario para generar anestesia o la regresión de edad. Finalmente el trance profundo que parece sueño sin serlo.
El trance ligero se alcanza fácilmente con autohipnosis y es suficiente para implantar sugestiones en el subconsciente. El trance medio se puede alcanzar con un poco de práctica. Te encontrarás en diferentes profundidades cuando hayas conseguido condicionarte para lograrlo, Hasta llegar al punto en que tú eres capaz de escoger a que nivel llegar.
Pronto empezarás a notar sensaciones físicas y estados emocionales, pequeñas indicaciones que te permitirán distinguir que has alcanzado ese estado. Señales que cuando hayas desarrollado un poco de confianza y seguridad percibirás fácilmente y con claridad.
Algunas de las sensaciones que puedes experimentar cuando estás en hipnosis son: tus piernas o brazos parecen flotar por encima del suelo, o parecen tan pesados que se hunden en donde estás. Puede parecer que están en una posición diferente. Puedes perder la consciencia de partes de tu cuerpo o de todo él, siendo consciente sólo de tu mente. Puedes ver visiones extrañas o luces con hermosas formas y colores. Ninguna de estas sensaciones es dañina, siendo habitualmente muy placenteras.
Fisiológicamente la hipnosis activa el sistema nervioso parasimpático con el cual el cuerpo se dedica a alimentarse, descansar, reconstruirse y sanarse. La activación parasimpática aminora el ritmo cardíaco y disminuye la fuerza de las contracciones del corazón. La presión sanguínea disminuye. Los vasos sanguíneos de los pulmones se dilatan. La estimulación parasimpática ayuda a la digestión, activa la secreción de saliva y nuestros órganos internos realizan sus tareas de mantenimiento con mayor eficacia.
Como el ritmo metabólico permanece estable los suministros de energía se consumen más lentamente. Mentalmente, la activación parasimpática está asociada con un estado relajado y satisfecho. La percepción se amplia. Nos sentimos en calma. En este aspecto la autohipnosis está estrechamente relacionada con la relajación, la meditación, el mindfulness y el yoga.
La hipnosis es efectiva porque genera expectativas: una atmósfera, un espacio donde la persona puede avanzar para generar el cambio.
Utilizando la autohipnosis somos capaces de aceptar e incorporar aquellas sugestiones que nosotros queremos convertir en creencias. Somos más receptivos y estamos predispuestos al cambio. Es un poco como volver a la infancia.
Amplía el campo de la experiencia generando “realidades hipnóticas", así las posibilidades a nuestro alcance aumentan. En autohipnosis la persona se estimula a si misma a vivir un cambio en su experiencia y aceptar aquellas sugestiones que colmen sus expectativas.
La persona puede desplazarse en el tiempo encontrado razones en su pasado para su situación. No es posible cambiar el pasado pero si la percepción que tenemos de él. O experimentando un nuevo futuro libre de sus problemas, buscando y encontrando de que manera lo ha conseguido. Permitiendo así dar esperanza y expectativas positivas que le permitan ver la luz al final del túnel.
La autohipnosis permite múltiples disociaciones (separar en diferentes partes), por ejemplo: consciente/subconsciente, mente/cuerpo, temporal, espacial. . . Esto permite, al estar la parte racional inhibida, que el subconsciente busque respuestas y soluciones con más libertad y creatividad.
En autohipnosis estamos en el mundo de la fantasía, las emociones, los sueños. El sujeto puede dejar su cuerpo en el sillón del dentista mientras se traslada con su mente a otro lugar más placentero.
En estado hipnótico se produce un descenso de la capacidad crítica. Se da lo que se llama "lógica del trance". Puedes experimentar una situación sugerida por muy ilógica e imposible que sea sin limitaciones del sentido de realidad. Puedes verte a tí mismo en una pantalla desarrollando el comportamiento adecuado, el que tú deseas tener. Experimentando los sentimientos o la actitud que deseas obtener.
Esto permite que se produzca un entrenamiento inconsciente. La persona ya ha experimentado y aprendido a comportarse como desea. Luego en la realidad todo es más fácil, casi automático. Ver es creer: el subconsciente no es capaz de distinguir entre la realidad y algo vívidamente imaginado.
La autohipnosis es tan eficaz porque se dirige al subconsciente el lugar donde el cambio es posible.
Éste es el verdadero poder de la autohipnosis: permite pensar lo que queremos pensar, sentir lo que queremos sentir, experimentar lo que queremos experimentar. De esta manera cambiar mejorando nuestras vidas y convertirnos en personas más capaces, más felices.
Proceso de autohipnosis
Tienes dos posibilidades dependiendo de si vamos a grabar nuestras sugestiones y todo el proceso o no.
1 Establecer nuestros objetivos, utilizando un lenguaje adecuado para el subconsciente.
2 Leer en voz alta nuestras sugestiones, las afirmaciones que te haces a ti mismo.
3 Entrar en estado hipnótico. Profundizar. Utilizar el símbolo, una palabra desencadenante, que representa tus sugestiones. Estimular a la mente inconsciente a asimilar estas nuevas ideas con imágenes o metáforas.
4 Salir de ese estado.
5 Reforzar estas nuevas ideas diariamente hasta convertirlas en hábitos de pensamiento y comportamiento arraigados.
Si lo grabamos el proceso experimenta ligeros cambios:
1 Establecer nuestros objetivos, utilizando un lenguaje adecuado para el subconsciente.
2 Escuchar nuestras palabras grabadas para entrar en trance. Profundizar y escuchar posteriormente las sugestiones y metáforas. Realizar las visualizaciones oportunas.
3 Salir de este estado.
4 Reforzar estas nuevas ideas diariamente hasta convertirlas en hábitos de pensamiento y comportamiento arraigados
La eficacia de ambos modelos es similar. En el primer caso, leemos las sugestiones antes de empezar el proceso para preparar a la mente y no tener que pensar en ellas cuando estás en hipnosis. Tu mente volverá a ellas automáticamente, sino al activar el intelecto para recordarlas cuando estás en hipnosis es probable que se ponga en marcha tu capacidad crítica acabando esta con el propósito de la hipnosis: que el subconsciente acepte estas sugestiones. Con la práctica es posible utilizar estas sugestiones ya en estado hipnótico, debemos desarrollar al máximo la idea de conseguir una mente receptiva para utilizar sugestiones sin interferencias.
Podemos también utilizar una grabación realizada por nosotros mismos y aplicarla durante todo el proceso. En la actualidad es fácil, tenemos diferentes medios como la grabadora del teléfono móvil, descargar programas gratuitos en Internet como Audacity y utilizar el ordenador, o finalmente con un aparato de grabación. Puedes luego escuchar esta grabación, mejor con auriculares, donde y cuando tú quieras. Evita escucharla si estás conduciendo o realizando alguna actividad que requiera tu plena atención.
Vamos a desarrollar este proceso paso a paso detalladamente en sucesivos artículos.
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Gracias por tu tiempo e interés
Tu refugio interior
El estado hipnótico es un estado natural que todos hemos experimentado y experimentamos constantemente.
Al estar concentrados leyendo una novela o viendo una película dejándonos llevar y olvidando donde estamos, estamos ya en un estado hipnótico. También ocurre al conducir por una autopista y perder la noción del tiempo sin recordar lo que hemos hecho o por donde hemos pasado. De alguna manera se activa nuestro piloto automático, el subconsciente y se encarga del trabajo.
Lo que varía es la intensidad de ese estado.
Existen tantos estados hipnóticos como personas y momentos, pero es posible establecer una serie de características generales: es un estado en que nuestra atención está más focalizada y concentrada. Se produce una intensa relajación, física, mental y emocional. La intensidad de esta relajación varía de una experiencia a otra.
Puedes empezar a experimentar con ella escuchando “Tu refugio interior” en la grabación o el link que aparecen al final de este artículo, es un clásico de la autohipnosis. Hay versión masculina y femenina en nuestro canal de youtube.
Con la práctica eres capaz de relajarte y autohipnotizarte al cabo de unos segundos. Puedes ser consciente de los ruidos y actividad a tu alrededor, pero no perturban tu estado relajado y tranquilo. Puedes pensar, pero normalmente te dejas llevar por una agradable sensación de seguridad y satisfacción, no es necesario perder en ningún momento la consciencia.
Es como si soñaras despierto.
De hecho muchas personas al salir de un trance hipnótico no creen haber sido hipnotizadas, dicen que han experimentado una experiencia muy agradable, pero que esperaban algo muy diferente. Puedes permanecer en todo momento consciente de donde estás y lo que estás haciendo pero en general te sientes tan relajado y cómodo que no piensas en ello.
Es posible volver a tu estado habitual en cualquier momento, si suena el teléfono puedes contestar y luego volver al estado de autohipnosis. Es imposible quedar hipnotizado, puede ser que si estás cansado o te relajas demasiado acabes durmiendo despertando después. Pero lo más normal es que cuando tú hayas decidido volver a tu estado habitual lo hagas, exactamente en el momento en que hayas especificado verbalmente o fijando un tiempo concreto.
Durante ese período que pueden ser diez, veinte minutos, o más tu cuerpo y tu mente se revitalizan. Al acabar estarás fresco y relajado físicamente y sereno emocionalmente. Habrás renovado tu energía y te será más fácil manejar las frustraciones y sinsabores de la vida cotidiana.
Una razón por la cual algunas personas tienen dificultades con la autohipnosis es porque no saben cuando han estado hipnotizadas. Probablemente es porque esperan algo muy diferente, creen que no lo han logrado y no es así. Lo que suele ocurrir es que tienen una falsa imagen.
Hay diferentes niveles o profundidades de trance hipnótico, el trance ligero que es el descrito anteriormente. El trance medio, necesario para generar anestesia o la regresión de edad. Finalmente el trance profundo que parece sueño sin serlo.
El trance ligero se alcanza fácilmente con autohipnosis y es suficiente para implantar sugestiones en el subconsciente. El trance medio se puede alcanzar con un poco de práctica. Te encontrarás en diferentes profundidades cuando hayas conseguido condicionarte para lograrlo, Hasta llegar al punto en que tú eres capaz de escoger a que nivel llegar.
Pronto empezarás a notar sensaciones físicas y estados emocionales, pequeñas indicaciones que te permitirán distinguir que has alcanzado ese estado. Señales que cuando hayas desarrollado un poco de confianza y seguridad percibirás fácilmente y con claridad.
Algunas de las sensaciones que puedes experimentar cuando estás en hipnosis son: tus piernas o brazos parecen flotar por encima del suelo, o parecen tan pesados que se hunden en donde estás. Puede parecer que están en una posición diferente. Puedes perder la consciencia de partes de tu cuerpo o de todo él, siendo consciente sólo de tu mente. Puedes ver visiones extrañas o luces con hermosas formas y colores. Ninguna de estas sensaciones es dañina, siendo habitualmente muy placenteras.
Fisiológicamente la hipnosis activa el sistema nervioso parasimpático con el cual el cuerpo se dedica a alimentarse, descansar, reconstruirse y sanarse. La activación parasimpática aminora el ritmo cardíaco y disminuye la fuerza de las contracciones del corazón. La presión sanguínea disminuye. Los vasos sanguíneos de los pulmones se dilatan. La estimulación parasimpática ayuda a la digestión, activa la secreción de saliva y nuestros órganos internos realizan sus tareas de mantenimiento con mayor eficacia.
Como el ritmo metabólico permanece estable los suministros de energía se consumen más lentamente. Mentalmente, la activación parasimpática está asociada con un estado relajado y satisfecho. La percepción se amplia. Nos sentimos en calma. En este aspecto la autohipnosis está estrechamente relacionada con la relajación, la meditación, el mindfulness y el yoga.
La hipnosis es efectiva porque genera expectativas: una atmósfera, un espacio donde la persona puede avanzar para generar el cambio.
Utilizando la autohipnosis somos capaces de aceptar e incorporar aquellas sugestiones que nosotros queremos convertir en creencias. Somos más receptivos y estamos predispuestos al cambio. Es un poco como volver a la infancia.
Amplía el campo de la experiencia generando “realidades hipnóticas", así las posibilidades a nuestro alcance aumentan. En autohipnosis la persona se estimula a si misma a vivir un cambio en su experiencia y aceptar aquellas sugestiones que colmen sus expectativas.
La persona puede desplazarse en el tiempo encontrado razones en su pasado para su situación. No es posible cambiar el pasado pero si la percepción que tenemos de él. O experimentando un nuevo futuro libre de sus problemas, buscando y encontrando de que manera lo ha conseguido. Permitiendo así dar esperanza y expectativas positivas que le permitan ver la luz al final del túnel.
La autohipnosis permite múltiples disociaciones (separar en diferentes partes), por ejemplo: consciente/subconsciente, mente/cuerpo, temporal, espacial. . . Esto permite, al estar la parte racional inhibida, que el subconsciente busque respuestas y soluciones con más libertad y creatividad.
En autohipnosis estamos en el mundo de la fantasía, las emociones, los sueños. El sujeto puede dejar su cuerpo en el sillón del dentista mientras se traslada con su mente a otro lugar más placentero.
En estado hipnótico se produce un descenso de la capacidad crítica. Se da lo que se llama "lógica del trance". Puedes experimentar una situación sugerida por muy ilógica e imposible que sea sin limitaciones del sentido de realidad. Puedes verte a tí mismo en una pantalla desarrollando el comportamiento adecuado, el que tú deseas tener. Experimentando los sentimientos o la actitud que deseas obtener.
Esto permite que se produzca un entrenamiento inconsciente. La persona ya ha experimentado y aprendido a comportarse como desea. Luego en la realidad todo es más fácil, casi automático. Ver es creer: el subconsciente no es capaz de distinguir entre la realidad y algo vívidamente imaginado.
La autohipnosis es tan eficaz porque se dirige al subconsciente el lugar donde el cambio es posible.
Éste es el verdadero poder de la autohipnosis: permite pensar lo que queremos pensar, sentir lo que queremos sentir, experimentar lo que queremos experimentar. De esta manera cambiar mejorando nuestras vidas y convertirnos en personas más capaces, más felices.
Proceso de autohipnosis
Tienes dos posibilidades dependiendo de si vamos a grabar nuestras sugestiones y todo el proceso o no.
1 Establecer nuestros objetivos, utilizando un lenguaje adecuado para el subconsciente.
2 Leer en voz alta nuestras sugestiones, las afirmaciones que te haces a ti mismo.
3 Entrar en estado hipnótico. Profundizar. Utilizar el símbolo, una palabra desencadenante, que representa tus sugestiones. Estimular a la mente inconsciente a asimilar estas nuevas ideas con imágenes o metáforas.
4 Salir de ese estado.
5 Reforzar estas nuevas ideas diariamente hasta convertirlas en hábitos de pensamiento y comportamiento arraigados.
Si lo grabamos el proceso experimenta ligeros cambios:
1 Establecer nuestros objetivos, utilizando un lenguaje adecuado para el subconsciente.
2 Escuchar nuestras palabras grabadas para entrar en trance. Profundizar y escuchar posteriormente las sugestiones y metáforas. Realizar las visualizaciones oportunas.
3 Salir de este estado.
4 Reforzar estas nuevas ideas diariamente hasta convertirlas en hábitos de pensamiento y comportamiento arraigados
La eficacia de ambos modelos es similar. En el primer caso, leemos las sugestiones antes de empezar el proceso para preparar a la mente y no tener que pensar en ellas cuando estás en hipnosis. Tu mente volverá a ellas automáticamente, sino al activar el intelecto para recordarlas cuando estás en hipnosis es probable que se ponga en marcha tu capacidad crítica acabando esta con el propósito de la hipnosis: que el subconsciente acepte estas sugestiones. Con la práctica es posible utilizar estas sugestiones ya en estado hipnótico, debemos desarrollar al máximo la idea de conseguir una mente receptiva para utilizar sugestiones sin interferencias.
Podemos también utilizar una grabación realizada por nosotros mismos y aplicarla durante todo el proceso. En la actualidad es fácil, tenemos diferentes medios como la grabadora del teléfono móvil, descargar programas gratuitos en Internet como Audacity y utilizar el ordenador, o finalmente con un aparato de grabación. Puedes luego escuchar esta grabación, mejor con auriculares, donde y cuando tú quieras. Evita escucharla si estás conduciendo o realizando alguna actividad que requiera tu plena atención.
Vamos a desarrollar este proceso paso a paso detalladamente en sucesivos artículos.
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