Trastornos alimenticios e hipnosis

2016-03-16
Trastornos alimenticios e hipnosis
Los trastornos alimenticios son una serie de problemas mentales que provocan una actitud anormal hacia la comida. A menudo asociados a la depresión, ansiedad y baja autoestima son increíblemente perjudiciales psicológica y físicamente provocando cambios en el comportamiento y en los hábitos alimentarios. Las personas que los padecen suelen estar concentrados, o mejor, obsesionados por el peso, su estado físico y lo que comen.
Esto suele conducir a conductas insanas que pueden tener consecuencias devastadoras. En particular en el caso de la anorexia y la bulimia los daños físicos que provocan hacen necesario que deban ser controladas y tratadas por un médico. El apoyo y colaboración de un hipnoterapeuta pueden resultar muy útiles.
Al dirigirse directamente a la mente subconsciente la hipnosis pueda trabajar de manera directa para ayudar al cuerpo. Todos los hábitos y comportamientos compulsivos (impulso irresistible u obsesivo a la repetición de una acción determinada) tienen una serie de causas y por lo tanto un origen. Si como es lo más habitual no es posible encontrar y solucionar el problema racionalmente entonces es de carácter subconsciente.
La hipnosis es útil para el tratamiento de los trastornos alimentarios porque permite comunicarse con el subconsciente de manera directa y efectiva. De este modo es posible dirigirse a la raíz del problema, donde realmente se encuentra, para buscar soluciones. La clave emocional del problema está escondida en el subconsciente, esto hace que difícilmente se pueda solucionar a base de racionalizar o analizar.
Es trascendental que las personas que padecen esta situación comprendan que no nacieron así, que su problema es un comportamiento adquirido y puede ser cambiado. Esto quiere decir que es posible para ellos volver a funcionar con normalidad. La hipnosis es una manera de cambiar las creencias, emociones y percepciones de manera que la persona pueda volver a una relación saludable con su cuerpo y la comida.
Las causas de los trastornos alimentarios son complejas y a menudo hay muchos aspectos implicados. No hay una única razón para que alguien desarrolle un problema con la alimentación y los factores que contribuyen a provocarlos son diferentes para cada persona.
Se cree que es una combinación de razones biológicas, sociales, genéticas, psicológicas y del entorno. Algunos factores clave que hacen a alguien más propenso a padecer un trastorno alimentario son:
. La baja autoestima, una epidemia en nuestra cultura. La enorme presión que todos padecemos en una sociedad que prioriza la belleza y juventud hace que casi todas las personas tengan problemas de autoimagen en algún momento de sus vidas.
. Tener antecedentes familiares de trastornos alimenticios o depresión
. Ser objeto de críticas en los hábitos de alimentación o en el peso.
. Sentirse presionado a estar delgado por tu profesión o aficiones.
. Tener ciertas características personales como ser obsesivo o tendencia a padecer ansiedad.
. Padecer acontecimientos traumáticos como abusos o la muerte de seres queridos.
. Relaciones personales difíciles con amigos o familia.
. Estar sometido a altos niveles de estrés en la escuela, universidad o trabajo.
Hay diversos tipos de trastornos alimenticios pero los más comunes son:
. Anorexia
. Bulimia
. Atracones compulsivos
Anorexia
Es una enfermedad grave que hace que la persona quiera pesar lo menos posible. Para conseguirlo los que la padecen a menudo recurren a medidas extremas: reducir la cantidad de comida, devolver o hacer cantidades desorbitadas de ejercicio.
Una persona que padece anorexia tiene una imagen distorsionada, no se ve a sí misma como lo hacen las otras personas. A pesar de tener un peso normal (o mucho menos de lo normal) se percibe con sobrepeso.
La enfermedad hace que se experimente una gran ansiedad respecto a todo lo que tiene que ver con la comida. Los enfermos llegan a unos extremos inimaginables para evitar comer por el pánico que les produce ganar peso o “perder el control” de su dieta.
Esta idea de “control” juega un gran papel en la enfermedad. Las personas con anorexia suelen ser muy perfeccionistas, tener problemas de confianza en ellas mismas, baja autoestima y una gran necesidad de control. Controlar la comida y el peso puede darles al principio una sensación de control difícil de alcanzar en otros aspectos de la vida.
Pero la ausencia de alimentación hace que el cuerpo y la mente dejen de funcionar correctamente, se produce una distorsión de la realidad y del pensamiento racional. Finalmente es la enfermedad la que toma el control y la persona está indefensa. Es posible llegar a morir por los efectos de la anorexia.
Si crees que padeces anorexia o conoces a alguien que la padece no esperes a observar una pérdida extrema de peso. Aunque este es el principal síntoma otros de tipo psicológico le preceden, cuando antes la persona busque y reciba ayuda mejor.
Bulimia
La bulimia es otra enfermedad que también hace que los que la sufren tengan una tendencia obsesiva a controlar su peso. Alguien con bulimia tiende a querer restringir la comida, come en exceso y elimina lo que ha comido.
El peso y la talla ejercen una influencia excesiva en la autoestima y la valoración que hacen de sí mismos. Muchas mujeres especialmente detestan su aspecto y consideran la grasa corporal una muestra de su “maldad”.
Este comer en exceso o atracones compulsivos suponen una ingesta de una gran cantidad de alimentos de una sola vez. Este comer excesivo no es producto del hambre si no una respuesta a una emoción como el estrés, la baja autoestima o la depresión. Pueden aparecer espontáneamente o ser planeados. Cuando se produce uno de estos episodios la comida se convierte en una obsesión, se come deprisa y hay una sensación de pérdida de control.
Después del atracón alguien con bulimia se siente culpable, avergonzado y preocupado por el peso que va a ganar. Para evitarlo las personas con bulimia intentan recuperar el control y librarse de lo que han comido purgándose o por otros medios. Algunas se provocan vómitos, toman laxantes o diuréticos, se someten a episodios de ayuno prolongado o cantidades excesivas de ejercicio. En algunos casos esta necesidad de vomitar se produce después de cada comida.
La frecuencia con que se repiten estos episodios es variable desde cada varios meses a varias veces al día. Evidentemente este ciclo de atracones y purgas tiene consecuencias en el cuerpo y la mente. Algunas no consideran su enfermedad un problema pero otras lo viven con miedo y desesperación. Las personas con bulimia aunque pueden tener un peso normal, esto hace más difícil identificar su problema a los demás, también necesitan ayuda.
Atracones compulsivos
Las personas que padecen esta enfermedad comen de forma excesiva e incontrolada con el consecuente aumento de peso. A diferencia de la bulimia la persona que los sufren no eliminan la comida después del atracón.
Los comedores compulsivos utilizan la comida como una manera de hacer frente al estrés los conflictos de tipo emocional o los problemas del día a día. Utilizan la comida para tapar y bloquear los sentimientos y emociones que experimentan.
Quienes viven con este problema se suelen sentir sin control en sus vidas y son conscientes de que su comportamiento no es normal o saludable. Este comportamiento suele empezar en la infancia cuando se forman los modelos de comportamiento. Muchas personas que se acaban convirtiendo en comedores compulsivos no han aprendido a manejar las situaciones estresantes y utilizan la comida como una manera de sobrellevarlas.
Los que padecen esta dolencia suelen tener sobrepeso e intentan controlar su comportamiento haciendo dieta para adelgazar. Esto suele conducir a nuevos atracones acompañados de sentimientos de impotencia, culpa, vergüenza y fracaso. Este ciclo de dietas y atracones pueden continuar para siempre si las razones emocionales que lo provocan no se solucionan.
A menudo los comedores compulsivos sienten vergüenza por su comportamiento y lo ocultan de sus familiares y amigos. Suelen sentirse culpables pero viven su situación como si no tuvieran un problema “real” esto hace que difícilmente pidan o busquen ayuda. La verdad es que al tener sobrepeso suelen padecer problemas médicos como la diabetes o enfermedades cardíacas y su estado emocional se ve afectado.
Lo cierto es que los atracones compulsivos son una enfermedad peligrosa física y psicológicamente como los demás trastornos alimenticios.
La hipnosis y los trastornos alimenticios
La gravedad y complejidad de estos tipos de trastornos hacen que un tratamiento multidisciplinar sea lo más útil efectivo. Las diferentes terapias y la atención médica pueden verse muy beneficiadas por el uso de la hipnosis.
A menudo los que padecen uno de estos trastornos no son capaces de ver que tienen ese problema, es necesario que la familia y amigos animen al enfermo a hablar de ello, le apoyen y busquen la ayuda de profesionales.
Para recuperarse la persona necesita un fuerte deseo de cambiar y es necesario conseguir una buena relación con las personas que le están ayudando. Sin olvidar que el cambio siempre es dar un paso a lo desconocido y por tanto da miedo. Las mejoras a veces parecen avanzar y de repente retroceder por lo que un firme apoyo y comprensión son esenciales.
El objetivo es alcanzar un peso saludable mientras los aspectos psicológicos de su enfermedad son atendidos y resueltos. Porque de hecho el peso y la alimentación son una parte de la recuperación ya que son el síntoma de problemas psicológicos subyacentes.
La finalidad de la hipnosis es usar el poder de la sugestión para cambiar los hábitos y comportamientos en este caso en todo lo que se refiere a la alimentación.
Utilizar sugestiones positivas en estado hipnótico puede ayudar a cambiar la visión que tiene la persona de si misma. La hipnosis potencia increíblemente la capacidad de aprendizaje y cambio personal así el enfermo aprende a quererse más y a valorarse. Desarrollando además nuevas maneras de pensar sobre la comida y mejorando gradualmente su relación con ella.
También la hipnosis se utiliza para hacer frente a temas como hemos visto muy relacionados con los trastornos alimenticios. Si las personas experimentan como es frecuente estrés o ansiedad, la hipnosis les puede enseñar a relajarse y incrementar el bienestar en sus vidas.
También cuestiones como la baja autoestima, la falta de confianza en uno mismo y la percepción distorsionada de la imagen corporal pueden ser tratadas con éxito utilizando la hipnosis.
Entender la raíz o la causa original del problema puede ser útil para recuperarse. Por esta razón las técnicas que utilizan la regresión pueden ayudar. Utilizándolas se puede explorar el subconsciente para encontrar el acontecimiento, comentario o situación que ha contribuido a desarrollar el trastorno alimenticio.
También utilizando la hipnosis se puede “reencuadrar” el comportamiento es decir buscar la intención positiva o beneficio secundario que hay detrás de esas conductas. Al conocerlo es más fácil sustituir los comportamientos que generan problemas por otros saludables e igualmente efectivos para satisfacer estas necesidades que suelen ser de tipo emocional.
De manera totalmente subconsciente la persona que padece uno de estos trastornos puede estar buscando afecto o atención en el caso de la anorexia, o tal vez protegerse con un exceso de peso aquellos que comen compulsivamente.
Con la ayuda de la hipnosis se trata de que la persona:
Recupere la salud física y mental.
Comprenda que su cuerpo es sólo una pequeña parte de la persona valiosa que es.
Cambie la percepción de sí misma y la manera de gestionar sus emociones. Reforzando su autoestima y la confianza en sus capacidades.
Se dé cuenta de que aceptarse tal como es, evitando compararse y buscar un perfeccionismo inalcanzable, es la clave para la felicidad.
Si padeces alguno de estos problemas la hipnosis no es una panacea pero puede ayudarte. Si quieres cambiar y crees que es el momento ponte en contacto con nosotros. Trabajaremos juntos para instaurar en ti la confianza y seguridad para que empieces a sentir que controlas tus sentimientos, acciones y pensamientos.
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Gracias por tu tiempo e interés
Esto suele conducir a conductas insanas que pueden tener consecuencias devastadoras. En particular en el caso de la anorexia y la bulimia los daños físicos que provocan hacen necesario que deban ser controladas y tratadas por un médico. El apoyo y colaboración de un hipnoterapeuta pueden resultar muy útiles.
Al dirigirse directamente a la mente subconsciente la hipnosis pueda trabajar de manera directa para ayudar al cuerpo. Todos los hábitos y comportamientos compulsivos (impulso irresistible u obsesivo a la repetición de una acción determinada) tienen una serie de causas y por lo tanto un origen. Si como es lo más habitual no es posible encontrar y solucionar el problema racionalmente entonces es de carácter subconsciente.
La hipnosis es útil para el tratamiento de los trastornos alimentarios porque permite comunicarse con el subconsciente de manera directa y efectiva. De este modo es posible dirigirse a la raíz del problema, donde realmente se encuentra, para buscar soluciones. La clave emocional del problema está escondida en el subconsciente, esto hace que difícilmente se pueda solucionar a base de racionalizar o analizar.
Es trascendental que las personas que padecen esta situación comprendan que no nacieron así, que su problema es un comportamiento adquirido y puede ser cambiado. Esto quiere decir que es posible para ellos volver a funcionar con normalidad. La hipnosis es una manera de cambiar las creencias, emociones y percepciones de manera que la persona pueda volver a una relación saludable con su cuerpo y la comida.
Las causas de los trastornos alimentarios son complejas y a menudo hay muchos aspectos implicados. No hay una única razón para que alguien desarrolle un problema con la alimentación y los factores que contribuyen a provocarlos son diferentes para cada persona.
Se cree que es una combinación de razones biológicas, sociales, genéticas, psicológicas y del entorno. Algunos factores clave que hacen a alguien más propenso a padecer un trastorno alimentario son:
. La baja autoestima, una epidemia en nuestra cultura. La enorme presión que todos padecemos en una sociedad que prioriza la belleza y juventud hace que casi todas las personas tengan problemas de autoimagen en algún momento de sus vidas.
. Tener antecedentes familiares de trastornos alimenticios o depresión
. Ser objeto de críticas en los hábitos de alimentación o en el peso.
. Sentirse presionado a estar delgado por tu profesión o aficiones.
. Tener ciertas características personales como ser obsesivo o tendencia a padecer ansiedad.
. Padecer acontecimientos traumáticos como abusos o la muerte de seres queridos.
. Relaciones personales difíciles con amigos o familia.
. Estar sometido a altos niveles de estrés en la escuela, universidad o trabajo.
Hay diversos tipos de trastornos alimenticios pero los más comunes son:
. Anorexia
. Bulimia
. Atracones compulsivos
Anorexia
Es una enfermedad grave que hace que la persona quiera pesar lo menos posible. Para conseguirlo los que la padecen a menudo recurren a medidas extremas: reducir la cantidad de comida, devolver o hacer cantidades desorbitadas de ejercicio.
Una persona que padece anorexia tiene una imagen distorsionada, no se ve a sí misma como lo hacen las otras personas. A pesar de tener un peso normal (o mucho menos de lo normal) se percibe con sobrepeso.
La enfermedad hace que se experimente una gran ansiedad respecto a todo lo que tiene que ver con la comida. Los enfermos llegan a unos extremos inimaginables para evitar comer por el pánico que les produce ganar peso o “perder el control” de su dieta.
Esta idea de “control” juega un gran papel en la enfermedad. Las personas con anorexia suelen ser muy perfeccionistas, tener problemas de confianza en ellas mismas, baja autoestima y una gran necesidad de control. Controlar la comida y el peso puede darles al principio una sensación de control difícil de alcanzar en otros aspectos de la vida.
Pero la ausencia de alimentación hace que el cuerpo y la mente dejen de funcionar correctamente, se produce una distorsión de la realidad y del pensamiento racional. Finalmente es la enfermedad la que toma el control y la persona está indefensa. Es posible llegar a morir por los efectos de la anorexia.
Si crees que padeces anorexia o conoces a alguien que la padece no esperes a observar una pérdida extrema de peso. Aunque este es el principal síntoma otros de tipo psicológico le preceden, cuando antes la persona busque y reciba ayuda mejor.
Bulimia
La bulimia es otra enfermedad que también hace que los que la sufren tengan una tendencia obsesiva a controlar su peso. Alguien con bulimia tiende a querer restringir la comida, come en exceso y elimina lo que ha comido.
El peso y la talla ejercen una influencia excesiva en la autoestima y la valoración que hacen de sí mismos. Muchas mujeres especialmente detestan su aspecto y consideran la grasa corporal una muestra de su “maldad”.
Este comer en exceso o atracones compulsivos suponen una ingesta de una gran cantidad de alimentos de una sola vez. Este comer excesivo no es producto del hambre si no una respuesta a una emoción como el estrés, la baja autoestima o la depresión. Pueden aparecer espontáneamente o ser planeados. Cuando se produce uno de estos episodios la comida se convierte en una obsesión, se come deprisa y hay una sensación de pérdida de control.
Después del atracón alguien con bulimia se siente culpable, avergonzado y preocupado por el peso que va a ganar. Para evitarlo las personas con bulimia intentan recuperar el control y librarse de lo que han comido purgándose o por otros medios. Algunas se provocan vómitos, toman laxantes o diuréticos, se someten a episodios de ayuno prolongado o cantidades excesivas de ejercicio. En algunos casos esta necesidad de vomitar se produce después de cada comida.
La frecuencia con que se repiten estos episodios es variable desde cada varios meses a varias veces al día. Evidentemente este ciclo de atracones y purgas tiene consecuencias en el cuerpo y la mente. Algunas no consideran su enfermedad un problema pero otras lo viven con miedo y desesperación. Las personas con bulimia aunque pueden tener un peso normal, esto hace más difícil identificar su problema a los demás, también necesitan ayuda.
Atracones compulsivos
Las personas que padecen esta enfermedad comen de forma excesiva e incontrolada con el consecuente aumento de peso. A diferencia de la bulimia la persona que los sufren no eliminan la comida después del atracón.
Los comedores compulsivos utilizan la comida como una manera de hacer frente al estrés los conflictos de tipo emocional o los problemas del día a día. Utilizan la comida para tapar y bloquear los sentimientos y emociones que experimentan.
Quienes viven con este problema se suelen sentir sin control en sus vidas y son conscientes de que su comportamiento no es normal o saludable. Este comportamiento suele empezar en la infancia cuando se forman los modelos de comportamiento. Muchas personas que se acaban convirtiendo en comedores compulsivos no han aprendido a manejar las situaciones estresantes y utilizan la comida como una manera de sobrellevarlas.
Los que padecen esta dolencia suelen tener sobrepeso e intentan controlar su comportamiento haciendo dieta para adelgazar. Esto suele conducir a nuevos atracones acompañados de sentimientos de impotencia, culpa, vergüenza y fracaso. Este ciclo de dietas y atracones pueden continuar para siempre si las razones emocionales que lo provocan no se solucionan.
A menudo los comedores compulsivos sienten vergüenza por su comportamiento y lo ocultan de sus familiares y amigos. Suelen sentirse culpables pero viven su situación como si no tuvieran un problema “real” esto hace que difícilmente pidan o busquen ayuda. La verdad es que al tener sobrepeso suelen padecer problemas médicos como la diabetes o enfermedades cardíacas y su estado emocional se ve afectado.
Lo cierto es que los atracones compulsivos son una enfermedad peligrosa física y psicológicamente como los demás trastornos alimenticios.
La hipnosis y los trastornos alimenticios
La gravedad y complejidad de estos tipos de trastornos hacen que un tratamiento multidisciplinar sea lo más útil efectivo. Las diferentes terapias y la atención médica pueden verse muy beneficiadas por el uso de la hipnosis.
A menudo los que padecen uno de estos trastornos no son capaces de ver que tienen ese problema, es necesario que la familia y amigos animen al enfermo a hablar de ello, le apoyen y busquen la ayuda de profesionales.
Para recuperarse la persona necesita un fuerte deseo de cambiar y es necesario conseguir una buena relación con las personas que le están ayudando. Sin olvidar que el cambio siempre es dar un paso a lo desconocido y por tanto da miedo. Las mejoras a veces parecen avanzar y de repente retroceder por lo que un firme apoyo y comprensión son esenciales.
El objetivo es alcanzar un peso saludable mientras los aspectos psicológicos de su enfermedad son atendidos y resueltos. Porque de hecho el peso y la alimentación son una parte de la recuperación ya que son el síntoma de problemas psicológicos subyacentes.
La finalidad de la hipnosis es usar el poder de la sugestión para cambiar los hábitos y comportamientos en este caso en todo lo que se refiere a la alimentación.
Utilizar sugestiones positivas en estado hipnótico puede ayudar a cambiar la visión que tiene la persona de si misma. La hipnosis potencia increíblemente la capacidad de aprendizaje y cambio personal así el enfermo aprende a quererse más y a valorarse. Desarrollando además nuevas maneras de pensar sobre la comida y mejorando gradualmente su relación con ella.
También la hipnosis se utiliza para hacer frente a temas como hemos visto muy relacionados con los trastornos alimenticios. Si las personas experimentan como es frecuente estrés o ansiedad, la hipnosis les puede enseñar a relajarse y incrementar el bienestar en sus vidas.
También cuestiones como la baja autoestima, la falta de confianza en uno mismo y la percepción distorsionada de la imagen corporal pueden ser tratadas con éxito utilizando la hipnosis.
Entender la raíz o la causa original del problema puede ser útil para recuperarse. Por esta razón las técnicas que utilizan la regresión pueden ayudar. Utilizándolas se puede explorar el subconsciente para encontrar el acontecimiento, comentario o situación que ha contribuido a desarrollar el trastorno alimenticio.
También utilizando la hipnosis se puede “reencuadrar” el comportamiento es decir buscar la intención positiva o beneficio secundario que hay detrás de esas conductas. Al conocerlo es más fácil sustituir los comportamientos que generan problemas por otros saludables e igualmente efectivos para satisfacer estas necesidades que suelen ser de tipo emocional.
De manera totalmente subconsciente la persona que padece uno de estos trastornos puede estar buscando afecto o atención en el caso de la anorexia, o tal vez protegerse con un exceso de peso aquellos que comen compulsivamente.
Con la ayuda de la hipnosis se trata de que la persona:
Recupere la salud física y mental.
Comprenda que su cuerpo es sólo una pequeña parte de la persona valiosa que es.
Cambie la percepción de sí misma y la manera de gestionar sus emociones. Reforzando su autoestima y la confianza en sus capacidades.
Se dé cuenta de que aceptarse tal como es, evitando compararse y buscar un perfeccionismo inalcanzable, es la clave para la felicidad.
Si padeces alguno de estos problemas la hipnosis no es una panacea pero puede ayudarte. Si quieres cambiar y crees que es el momento ponte en contacto con nosotros. Trabajaremos juntos para instaurar en ti la confianza y seguridad para que empieces a sentir que controlas tus sentimientos, acciones y pensamientos.
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